El snow uno de los deportes de invierno que más aficionados convoca año tras año. Tiene su origen en Estados Unidos en la década de los ‘60 del siglo pasado pero no se populariza realmente hasta 1990. Hoy día podemos encontrar casi tantos snowboarders como esquiadores en las pistas, lo que nos da una imagen de su enorme popularidad.
Tanto si eres un consumado experto, como si es la primera vez que vas a coger una tabla, te damos 5 sencillos consejos que te vendrán genial para practicarlo este invierno.
1. Técnica
Lo primero que hay que conocer es cuál es tu pierna dominante. Dicho de otra forma, si eres goofy o regular. Todo dependerá de la pierna que coloques en la parte de atrás de la tabla -que además es el que hace de timón-. Si eres “regular” pondrás el pie derecho atrás y si eres “goofy”, el contrario. Si aún así no te queda claro, súbete a una tabla sin darle más vueltas: la forma natural que adopte tu cuerpo te indicará el estilo -puedes hacerlo también probando sobre un skate.
Aunque en el snow se avanza y progresa rápidamente, conviene tener bien estudiados algunos movimientos técnicos, como la frenada, para no llevarnos más sustos de los necesarios. Existen básicamente dos formas de detener la tabla: heelside y toeside
Heelside: se ejerce la presión sobre el canto trasero de la tabla.
Toeside: aplicaremos toda la fuerza sobre el canto delantero.
Sobre la tabla mantendremos las piernas un poco flexionadas, dejando el peso recaer en la pierna trasera, y con los brazos semiabiertos.
2. Modalidades más conocidas
Como en muchos otros deportes, en snowboard existen diferentes estilos y formas de de deslizarse sobre la nieve. Entre las más populares tenemos:
Freeride: implica bajar fuera de pista. Se practica sobre nieve virgen y requiere una gran experiencia y pericia porque nos podemos encontrar en cualquier momento con algún imprevisto que requiera de una reacción rápida y segura.
Freestyle: es la más conocida. Se realiza en los snowparks de las estaciones de esquí. Es como una pista de skate con rampas y se ven saltos y piruetas espectaculares.
3. Ropa y accesorios
Para elegir nuestra ropa de snow debemos estar atentos a las temperaturas. Sí, va a ser invierno y hará frío, pero no es lo mismo estar a -2ºC que a 10 bajo cero. Lo más conveniente sería tener varias prendas dependiendo de lo helado que se pretende el día. A veces esto no es posible o simplemente no queremos tener tanto material, por lo que generalmente dispondremos de ropa que sea impermeable y transpirable y ofrezca un buen aislante como las camisetas térmicas, guantes o calcetines para la nieve.
La chaqueta es un elemento básico. Debe ser cálida y transpirable y no tiene que limitar los movimientos de los brazos y el tronco. Es aconsejable que quede ancha para poder incorporar algunas prendas complementarias que nos ayuden a mantener el calor.
Las gafas de nieve son también muy importantes. La incidencia del sol en la montaña es muy superior a la normal debido a la altura a la que nos encontramos. Además, la nieve contribuye a un fuerte rebote de los rayos de sol que puede perjudicarnos gravemente la vista. La máscara de snow debe contribuir a reducir su incidencia, permitiendo una visión correcta en todo momento.
Es importante saber elegir una tabla de que se adapte a nuestra condición física y al tipo de práctica que vamos a realizar. Tenemos que fijarnos en estos elementos antes de hacernos con ella:
Uso: si eres un aficionado que se atreve a practicar en cualquier terreno, lo mejor será una “all mountain”. Su polivalencia nos va a permitir disfrutar en cualquier lado. Es la mejor opción para la gran mayoría. Si vamos a realizar alguna modalidad específica -freeride o freestyle- podemos decantarnos por una más específica.
Peso y tamaño: sí, es algo que importa y mucho. La mayoría de los fabricantes tienen información sobre qué modelo conviene dependiendo de tu altura y masa corporal. Te recomendamos que eches un vistazo cuadro de valores de cada marca para hacer la mejor elección. Si utilizas más de una talla 44 de pie puedes necesitar un modelo Wide -que son un poco más anchas que las tablas convencionales-.
Curva o arqueo: lo escogeremos dependiendo del tipo de snow que practiquemos. Tenemos estas opciones:
Rocker: plana en la zona central y curvada en los extremos. Poco contacto de los cantos contra la nieve, facilitando los saltos y acrobacias.
Camber: tiene un ligero arqueo en la parte central. Ofrece una buena potencia y estabilidad. No son las mejores para hacer “trucos” porque requieren de un mayor esfuerzo físico para conseguirlos.
5. Prueba
Al final, más allá de los datos técnicos y toda la información que recojas, lo más importante son las sensaciones que la tabla transmite. Por esta razón y para tomar la decisión más correcta, siempre que puedas haz un pequeño test para experimentar de primera mano cómo se comporta sobre la nieve.
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